Cada historia se vuelve mucho más interesante cuando puedes influir en ella personalmente. Por ejemplo, elige una de varias opciones de respuesta en un momento clave o determina el destino de un personaje en particular.
En algunos juegos no lineales, todo el juego consta de elecciones constantes. En ellos, el jugador puede considerarse un guionista que da forma a la trama por sí solo.