Stray

Futuro distante de ciberpunk postapocalíptico. Una ciudad opresiva con una atmósfera viciada, habitada por robots. Un gato solitario perdido que quiere regresar a casa. La concepción Stray se basa en temas candentes y tendencias de moda a principios de la década de 2020, lo que ha convertido a este pequeño indie en una sensación de internet.

La base de género de Stray es una aventura y un juego de búsqueda en tercera persona, con una narrativa inclinada hacia el cine interactivo, donde el mundo que rodea al jugador debe ser experimentado a través de los bigotes, patas y cola, en lugar de leer kilómetros de texto en la pantalla. Afortunadamente, el jugador no siente una desconexión con el protagonista gracias a la excelente animación y la voz del gato.

La inmersión en el papel también se ve reforzada por la gráfica: un estilo visual bien elegido ; una multitud de decorados y pequeños detalles donde son necesarios; un juego de luces y sombras ajustado a mano; humo y niebla voluminosos para aumentar la inquietud. El efecto de presencia se intensifica con la presentación "de abajo hacia arriba".

La atmósfera responde también al escenario. Desde el ciberpunk: robots humanoides, arquitectura inusual y la dominación de carteles de neón en colores ácidos, reflejándose en charcos y brillando en el cromo. Desde el postapocalipsis: la humanidad desaparecida, la destrucción sistemática de la civilización por la naturaleza, un reino de basura y oscuridad en callejones y canales técnicos.

El mundo del juego se presenta en dos conjuntos de localizaciones. "Intestinos" lineales para acción, persecuciones y momentos aterradores. Niveles amplios y meditativos con una buena dosis de "verticalidad" para explorar, completar misiones y buscar un buen número de secretos.

En la ciudad sin personas, los robots que las atendían se han dado cuenta de sí mismos y han construido una sociedad que parodia a la humana. Algunos trabajan, otros se entregan a una existencia sin propósito, otros mantienen el orden, etc. Algunos, como los compañeros, quieren salir a la superficie, otros quieren evitarlo. De las ruinas de la ciudad aparece una nueva amenaza: los Zurks. Bacterias mutadas que devoran tanto orgánicos como robots.

Los autores han transmitido de manera bastante auténtica todas las penurias de la vida de un gato en un mundo construido para humanos, y la sensación de ser un pequeño y vulnerable felino.

El gato se desliza ágilmente por tuberías y conductos de ventilación, salta fácilmente entre los techos, escapa rápidamente de los perseguidores y equilibra hábilmente sobre el abismo, pero no puede actuar como los protagonistas humanos, y mucho menos defenderse. Abrir una puerta, usar un gadget, iluminar la oscuridad, traducir del idioma de los robots al de los gatos, aceptar misiones de NPC, disparar con un bláster y muchas otras cosas le ayuda un pequeño dron volador B-12, equipado con inteligencia artificial.

Esta simbiosis ha dado lugar a una jugabilidad única en Stray, donde los compañeros avanzan gracias a la ayuda mutua, y es responsable de la narrativa. El gato quiere salir a la superficie, y B-12 está listo para guiarlo, siempre que lo lleve con él. Un problema: el dron tiene la memoria dañada, por lo que el recorrido pasará por los puntos donde podrá recuperarla, a la vez que explica al jugador la historia de los eventos.

El viaje, con todas sus alegrías y tristezas, forma la trama de Stray, y al final el jugador se enfrenta a un mensaje simple. Pero, al menos, la historia es interesante de seguir, los personajes encontrados en el camino sorprenden, y la intriga se mantiene casi hasta el final.

A pesar de que la jugabilidad principal consiste en movimiento, saltos entre plataformas y superar obstáculos, no hay un sistema de plataformas en el juego. Los saltos están estrictamente guionizados, y las áreas de movimiento están definidas por el diseño de los niveles. En el juego en solitario, debes completar misiones construidas sobre el principio de "encuentra-trae", "explora-descubre" o "resuelve el rompecabezas".

Algunos de los rompecabezas son bastante elaborados y requerirán pensamiento espacial. Como corresponde a un rasguño, habrá que hacer travesuras: derribar y lanzar objetos, cruzar puertas, esconderse en cajas, enredarse bajo los pies de los robots, "jugar" con botones, etc. Por una feliz coincidencia, estas acciones son las que impulsan a los dos amigos hacia adelante.

La atmósfera se ve enriquecida por la posibilidad de afilar las garras, recostarse sobre los robots, dormitar en los lugares más diversos y meter la nariz (y el hocico) donde no se debe. En resumen, comportarse como un verdadero gato — o incluso como un gato modificado.

No hay mapa ni marcadores — tendrás que mantener todo en la cabeza. Además de las actividades, B-12 ayudará a almacenar objetos encontrados por todo el mundo. El juego recompensa a los exploradores ya que casi todo el contenido del inventario será útil tarde o temprano.