Es difícil llamarlo juego. Esto es más bien una prueba de la fuerza de tus nervios, la perseverancia y la resistencia a controles desagradables, optimización que resulta en una complejidad terrible. Los problemas no están en la pequeña cantidad de fotogramas, congelaciones o retrasos, sino en el hecho de que es imposible jugar con el teclado y el mouse como se planeó originalmente, definitivamente debes buscar un gamepad, o sin él la cámara se comportará impredecible y lento, y será imposible jugar con él. El juego está muy artificialmente extendido, hay muchos minijefes repetidos y también hay una cantidad exorbitante de enemigos en el nivel. El diseño de los niveles, ubicaciones, alrededores de vertederos y basureros en los primeros niveles que debes visitar mata todo interés, se hacen tan monótonos y aburridos que querrás terminar el juego de inmediato. A medida que avances en el juego, verás muchos jefes diferentes y puedes matarlos a todos presionando un botón en el gamepad, si lo dominas. Si enfatizaste algunas cosas positivas para ti en este juego, hacia el final te olvidarás de ellas. Sólo en este juego te encontrarás con el jefe más difícil de la historia de los videojuegos “Star Destroyer” que te destrozará el culo por completo, probablemente la única misión única en su inadecuada complejidad donde terminarás en el purgatorio y pasarás una eternidad allí ( unos 25 minutos) para matar a este jefe. Los juegos complejos son interesantes, pero no cuando la animación y los controles son rígidos. En mi caso, lo único que vale la pena jugar es la historia y las escenas cinematográficas. Le daré el mismo punto a Lord Vader.