Pelea adecuada y pájaros normales.
Primero, combate. Un arco con la potencia de un cañón de tanque es excesivo. Es capaz de arrancar un trozo de un robot de combate. Quizás una guerra más clásica de hombre a hombre con vehículos enemigos, como arrojar líquido inflamable, sería mejor.
Segundo, pájaros. En los primeros horizontes había robots voladores, pero volaban como dirigibles, batiendo perezosamente sus alas, lo que, francamente, duele la vista.
Aquí todo es simple, debes darles a las aves una velocidad de aproximadamente 300-400 kilómetros por hora y en modo estacionario dejarles batir sus alas como un helicóptero y mostrar un poderoso chorro inductivo desde ellas.
Imagina un helicóptero flotando sobre ti y una brisa tan ligera y un silencio en tu cara. Es un poco extraño, ¿no?