Es extraño que no me enteré de un juego tan fantástico hasta 2020, cuando se lanzó la segunda parte. La idea del hongo mutante es muy original y, como resultado, surgen oponentes inusuales. Los gráficos están a la altura, las ubicaciones en la América postapocalíptica son simplemente fascinantes. Además, los desarrolladores nos presentaron un apocalipsis real, donde reinan la violencia y la crueldad, y la humanidad lucha desesperadamente por la existencia. En una situación extrema, todos mostraron su verdadera cara. Entonces, las personas concienzudas se unieron y se ayudaron unas a otras. Los que eran débiles de alma robaban y mataban a inocentes. Pero lo más importante es la trama. Cada héroe tiene su propia historia que toca el alma. El juego no sólo consiste en batallas con enemigos, sino también en revelar personajes a través de sus relaciones. Desde los primeros momentos empiezas a preocuparte por los protagonistas. Y el destino de Joel Miller realmente me hizo llorar. Y esta es la primera y única vez que lloro por un videojuego. La trama en sí es oscura y llena de dolor, pero eso es lo que la hace única. Y, por supuesto, hay un final genial y apropiado que te deja preguntándote: ¿qué harías si fueras Joel? ¿Estás listo para sacrificar a tu ser querido para salvar el mundo? Nunca había experimentado tales emociones con los videojuegos. Neil Druckmann es un genio.