Después de un "cuento de hadas oriental" en las arenas del tiempo, una pelea con el destino, como un golpe en las bolas con una hoz, arroja inesperadamente sobre el jugador el mundo oscuro y sangriento y la trama del juego. Lo que aparece ante nosotros no es un niño ingenuo, sino un brutal Príncipe de Persia, que ha madurado y se ha dado cuenta de sus errores. La jugabilidad se mantuvo esencialmente intacta: rebobinar el tiempo, ralentizarlo, correr a lo largo de las paredes, cortar enemigos, lo que ahora se ha vuelto sangriento y cruel. Según la trama, el príncipe fue a la isla del tiempo para corregir sus errores, pero será interferido de todas las formas posibles. Recomiendo a todos que repasen la trilogía de las arenas del tiempo.