El segundo capítulo del relanzado Príncipe de Persia, en el que elementos de un etéreo cuento de hadas árabe son eliminados sin piedad para lograr el renacimiento del personaje principal en un guerrero con un toque místico.
El juego con elementos de parkour, enfrentamientos con guardias y resolución de acertijos de diversos grados de complejidad, se convierte en una película de acción, bastante aromatizada con coloridos ángulos de acción dinámica.
Desafortunadamente, la primera parte no terminó con el final feliz tan deseado; en cambio, los creadores de la segunda parte prendieron fuego a todo lo que podía arder y nos enviaron a apagarlo.