El mundo te atrapa durante las primeras horas, luego todo vuelve a la misma rutina. La economía de la minería y la producción se reduce constantemente a la falta de recursos, incluso sin guías. Con los guías, todo se convierte en puestos mineros en determinados lugares del mundo. Los postes, que están constantemente desafilados, interfieren entre sí en sus dimensiones. Suben constantemente a los edificios y se quedan quietos hasta que mueren de hambre. La progresión de nivel se reduce a atrapar todas las caídas de 10 piezas, que luego se convierten en una fuente inútil de moneda.
Un juego por un par de horas, solo los fanáticos de este género que puedan cerrar los ojos ante la optimización podrán quedarse por mucho tiempo. No juzgo, opinión personal basada en la experiencia de 40 horas de juego.