Debo admitir que me gustó más la segunda parte de este juego que la primera. Este sigue siendo el mismo querido "Cómo molestar a tu vecino", pero con muchas mejoras. El juego se ha vuelto más difícil, ya que a partir de ahora Woody tiene dos oponentes a la vez: un vecino y su madre, aunque esta última no aparece de inmediato. Una gran ventaja es que ahora el jugador tiene tres intentos para completar el nivel en lugar de uno. Lo que más me agradó fue que en este juego todos los trucos sucios eran únicos e inusuales, a diferencia del primero, donde, además de los buenos, había otros demasiado trillados y banales, como, para repetir en la reseña anterior, un cáscara de plátano en el suelo o un huevo en el microondas. Pero de todos modos, recomiendo ambas partes a todos, porque son algunos de los juegos más graciosos y divertidos que conozco.