Cuando tenía 7 años, mi papá me permitió conducir el auto en su regazo. Ahora sospecho que no conducía yo mismo, pero mi papá me ayudaba silenciosamente a conducir, porque cuando intenté cambiar la trayectoria y dirigir el auto hacia un árbol, por alguna razón nuestro Renault Sandero comenzó a tirar en la dirección opuesta.
Este juego me ayudó a cumplir mi sueño y, después de abrir el mapa del sitio industrial, que era muy similar al lugar de mi viaje con mi papá, y armado con un Cherrier FCV Tograc, finalmente encajé en el árbol. Y los gráficos realistas y un motor bien desarrollado me permitieron sentir la misma emoción que obtendría de una colisión así en la vida real. ¡Gracias, BeamNG Drive!