Un día, la hija encuentra juguetes divertidos y notas de su padre, un farero llamado Bob. Allí describe sus aventuras y los propios juguetes lo representan a él y a otros personajes que conoció. Mientras juega, la niña recrea estas aventuras, pero esta vez puede modificar la versión de juguete del propio Bob para superar diversos obstáculos. Puede reemplazar su brazo con un gancho de pirata para escalar paredes, su otro brazo con una garra de cangrejo para cortar cuerdas, sus piernas con una cola de pez para nadar mejor y su cabeza movida a diferentes lugares para tener una mejor vista de lo que está pasando.