Mi primer lanzamiento de
Dyson Sphere Program parecía un entretenimiento inofensivo por la tarde: lo desempaqué, jugué con la mecánica y me desconecté. Regresé al día siguiente y... ¡me enganché completamente durante años! Ahora he completado el juego dos veces, y el principal descubrimiento no fue cómo construir una esfera de Dyson en el menor tiempo posible, sino en la calma hipnótica del proceso: logística precisa, optimización de cadenas de producción, reorganización de cintas transportadoras contra un fondo de cielos estrellados. Por esto, estoy dispuesto a tolerar los aspectos ásperos del juego.