Para mí, Diablo 3 es un juego ligeramente superior a la media. Tiene una trama bastante mediocre, predecible hasta el punto del horror (aunque el giro argumental al final del Acto 3 sí me atrapó; no me esperaba tanto). Al principio, cuando empiezas a jugar, los gráficos parecen muy buenos, pero en cuanto pulsas escape y ves a tu personaje más de cerca, te sangran los ojos. En serio, los personajes podrían haberse hecho más hermosos. Sin embargo, me enganchó la jugabilidad del juego. En mi opinión, estos son hechizos y habilidades increíbles que son agradables de ver. Pero el juego realmente brilla en dificultad alta, cuando no solo necesitas matar monstruos, sino también pensar en cómo ellos no te matarán. Los diarios y notas que el jugador encuentra durante el pasaje también parecen interesantes y atmosféricos. Bueno, no debemos olvidarnos de los videos corporativos de Blizzard al comienzo de cada acto, al ver que estás imbuido incluso de esta débil trama.