La lucha libre a menudo se sitúa al mismo nivel que el boxeo o las MMA, y esto es un gran error: el objetivo de la lucha libre no es ganar, sino dar un buen espectáculo. Bueno, ganar, por supuesto, sería genial.
En este sentido, los juegos de lucha libre son más divertidos y mucho más espectaculares: en ellos todos pueden subir al ring y convertirse en la estrella de un espectáculo sangriento.