Ken Levine es una persona increíble. Una vez revolucionó la percepción de los juegos con SystemShock, muchos años después nos sorprendió con el shooter de fantasía negra Bioshock, y allá vamos de nuevo. Historia asombrosa, magnífico diseño visual y, por supuesto, personajes irrealmente carismáticos. Las experiencias de crecimiento de Elizabeth son impresionantes, ¿qué podemos decir del juego en su conjunto? Pero en cada barril de miel hay una mosca en el ungüento. La jugabilidad es un poco aburrida, incluso recuerda un poco a las bolas de naftalina. La necesidad de buscar todo lo posible, y aún más. Y aún así, estas desventajas no estropean la impresión general. Mi recomendación es repasarlo, asegúrese de repasarlo, al menos por el final, que causará al 100% un efecto "wow" en absolutamente cualquier persona.